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JUGAR EN LA CALLE

¡¡¡Yo quiero jugar en la calle!!!!

Al grito de los niños, las calles se llenaban de papás, que pasaban la tarde acompañando a sus pequeños mientras jugaban al taco, a churrobá, al corre que te pillo y al corro de la patata. Parecen recuerdo y desvaríos de una anciana que chochea, cuando recorres las calles y cada vez se ven menos niños en ellas.

Los inviernos, totalmente desiertas y los veranos pueden verse niños que desde bien pequeños, andan con las pantallas de móviles, tablets o cualquier sistema que hace fijen toda su atención en ellos.

El cambio que ha dado la sociedad, hace que nos hayamos convertido en personas más frías y distantes entre vecinos y conocidos. Apenas nos saludamos cuando nos encontramos por la calle, y el ascensor resulta un lugar incómodo donde tropezarnos.

Ésto afecta directamente en la crianza de los niños. Cada vez más niños pasan el día en sus casas jugando o viendo televisión sin socializar con otros niños.

De ello viene la recomendación de los colegios en llevarlos a guarderías antes de escolarizarlos, para que aprendan a socializarse y mezclarse con sus compañeros. De hecho muchos profesores comentan  la diferencia de los niños que han ido a guardería con los que no.

Muchas veces no nos damos cuenta y pasamos muchas horas en casa con los niños, y cuando estamos en casa, pocas veces jugamos con ellos, siempre tenemos demasiadas cosas que hacer, y es muy difícil apartarlas para dedicarle un rato al juego. Más bien estamos diciendo «déjame hacer ésto», «vete a jugar» «no me molestes» «deja que termine»

El jugar en la calle hace niños más abiertos, más sociables, independientes y resolutivos. Aumenta la imaginación  y su estado físico se fortalece, al igual que su sistema respiratorio se ve beneficiado.

Que duda cabe que son la generación de la tecnología, eso no vamos a poder evitarlo ni debemos hacerlo, pero tenemos que controlarlo, pues es un hábito que puede convertirse en adictivo. Y todas las adicciones son malas.

Busquemos un equilibrio sano y que haga valorar al niño la libertad de jugar en la calle, y las nuevas tecnologías.

Además, si los llevamos a la calle o a un parque a que corran, descansarán mucho mejor, verás que los tendrás hechos polvo enseguida. Es un momento que pasas con ellos y que lo valoran mucho, así te obligas a salir de ese bucle de obligaciones que tienes en casa. Siempre puedes aprovechar y hacer un poco de ejercicio con ellos, o enseñarles los juegos que hacías tú de pequeña. Verdaderamente les sorprenden mucho esos juegos y les encantan, Desde el «Don macarrón chispero», al «Tula en alto», «La cadeneta», y canciones que a mí me las enseñaba mi abuela, y no paran de cantarlas.

Ahí puedes descubrir ese hueco que nunca encuentras para realizar ejercicio o pasar un rato de calidad con tus hijos.

MANTENTE EN FORMA HERMOSA.

 

 

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