
INSEMINACIÓN ARTIFICIAL
A TI NO TE VA A PASAR….
Cuando tomas la decisión de ser madre, sabes que hay gente que le cuesta mucho, pero crees que eso no te va a pasar a ti, eso son cosas de esas que les pasan sólo a los demás.
Tú llevas una vida sana, sin demasiados excesos y tu cuerpo y analíticas siempre han dicho que estabas estupenda.
Piensas que en el momento que te pongas a ello, te vas a quedar embarazada enseguida.
Cuando algo hace mucha ilusión, somos positivos por instinto. Por eso, cuando el primer mes no te quedas embarazada, te ríes. «También habría sido puntería a la primera jajajaja». El segundo y tercer mes, más o menos lo mismo, pero los siguientes ya empieza a no hacerte tanta gracia y comienzas a preocuparte y frustrarte.
Vivimos en una sociedad, donde nos hemos acostumbrado a tenerlo todo YA. Y las cosas de la naturaleza, llegan cuando llegan. Y la creación de una nueva vida, como yo siempre digo, tienen que darse tantos, tantos factores que coincidan que es casi casual que suceda.
Hay muchas más posibilidades estadísticamente de que no te quedes, que de te quedes. Por eso, la espera de algo tan deseado, resulta tan desesperante.
PROCESO
Para una Inseminación en la Seguridad Social española, sólo te ponen en lista de espera si llevas por lo menos 2 años intentándolo.
En nuestro caso, así fue, acudimos a la SS y nos hicieron los pertinentes análisis de sangre y fluidos.
En este caso, había un problema con la movilidad de los espermatozoides de mi marido y nos pusieron en lista de espera. Eso sí, esa lista, nos dijo que sería de 6 meses a 1 año.
Después de estar deseándolo durante 2 años, después de 24 desilusiones, esperar tanto tiempo, se nos hacía un mundo.
Así que decidimos ir por una clínica privada. La atención fue excelente y más económica de lo que pensábamos.
Todas las noches, tenía que pincharme una hormona, para asegurar la óptima ovulación, y conforme se acercaba el día de la ovulación, me iban haciendo ecografías diarias, hasta que vieron el momento en que el óvulo estaba perfecto para ser fecundado.
Ahí empieza la cuenta atrás.
«Cariño, mañana es el día señalado, a tal hora tenemos que llevar la muestra»
La situación era cómica, JM pide día libre en el trabajo, con motivos médicos claro, no va a comentar que es para engendrar un hijo. Llega la hora, y yo espero en el coche a que mi marido salga de casa con la muestra para llevarla rápidamente al laboratorio.
Allí, nos hacían esperar en una sala, y tras un proceso, extraían a los bichitos más intrépidos y molones y nos los daban en un botecito más pequeño, que nosotros trasladábamos a la clínica donde me los insertaban con una especie de jeringa, lo más próximo a mi óvulo. Todo muy tradicional vamos.
Así que mis hijos fueron concebidos sin la presencia de su padre.
A los 15 días, me hicieron una ecografía y BUALA!!! Ahí teníamos a ese puntito, que la doctora decía que era nuestro bebé.
A partir de ahí, todo fue un embarazo normal.
La concepción fue a la primera, tuvimos suerte, los astros se alinearon y todo mi cuerpo estuvo receptivo.
Sin embargo la del segundo nos costó más esfuerzos, pero eso será otra historia.
Ya sabes, no te desesperes, SIEMPRE HAY MÁS OPCIONES HERMOSA

